Preguntas y respuestas: ROMANCE del DUERO
Romance 💗 del Duero de Gerardo Diego
Río Duero, río Duero,
nadie a acompañarte baja,
nadie se detiene a oír
tu eterna estrofa de agua.
Indiferente o cobarde
la ciudad vuelve la espalda.
No quiere ver en tu espejo
su muralla desdentada.
Tú, viejo Duero, sonríes
entre tus barbas de plata,
moliendo con tus romances
las cosechas mal logradas.
Y entre los santos de piedra
y los álamos de magia
pasas llevando en tus ondas
palabras de amor, palabras.
Quién pudiera como tú,
a la vez quieto y en marcha,
cantar siempre el mismo verso
pero con distinta agua.
Río Duero, río Duero,
nadie a estar contigo baja,
ya nadie quiere atender
tu eterna estrofa olvidada,
sino los enamorados
que preguntan por sus almas
y siembran en tus espumas
palabras de amor, palabras.
Resumen por estrofas:
Resumen:
En este romance el autor se dirige al río Duero, emblema de la ciudad de Soria, y hace una reflexión sobre el amor y el paso del tiempo.
El poeta muestra su tristeza por la soledad del río, el cual es olvidado por la mayoría a excepción de los enamorados que aún se acercan a contemplarlo. Diego halaga la transitoriedad (la capacidad de avanzar a pesar del innegable paso del tiempo) y la permanencia perenne (porque aunque sus aguas sean distintas, el cauce del río nunca cambia) del Duero y la compara con la pasión de los enamorados, los cuales son los únicos capaces de comprender al río Duero al ver en sus aguas reflejada la esperanza de permanecer juntos (eternamente) a pesar de la fugacidad y el transcurso del tiempo.
El autor también nos da a conocer su sentimiento hacia el Duero, alabando su belleza y el paisaje que lo envuelve, exaltando sus cualidades y resaltando su valor.
- Primera estrofa: El poeta utiliza un apóstrofe para captar la atención del lector y del propio Duero (personaje principal del poema). Alude después, mediante una anáfora, la soledad del río y resalta el desencanto de que “nadie” disfrute de su “eterna estrofa de agua” (metáfora sobre el bello sonido del corriente del agua parecido al de una canción).
- Segunda estrofa: El autor personifica con nostalgia la ciudad de Soria, la cual se muestra indiferente ante la presencia del río y rehuye del reflejo (“no quiere ver en tu espejo”) de su castillo (“muralla desdentada”) en sus aguas.
- Tercera estrofa: Personifica al Duero (“Tú, viejo Duero, sonríes”) y destaca, junto una aliteración, las eses que forma su cauce. Después, mediante la estrofa “barbas de plata” hace referencia a los campos de trigo de los alrededores y la vejez del propio río. Finalmente compara el paso del río con un romance (“moliendo con tus romances”).
- Cuarta estrofa: El poeta narra metafóricamente el paso del río por la ciudad de Soria (“Y entre los santos de piedra [hace referencia a unas capillas próximas a la ribera] y los álamos [árboles característicos de la zona] de magia”).
- Quinta estrofa: Diego formula una interrogación retórica, con la que exalta y halaga (mediante una antítesis: “a la vez quieto y en marcha”) las contradictorias cualidades del río.
- Sexta estrofa: En esta estrofa, la cual guarda cierto paralelismo con la primera, el autor nos recuerda lo olvidado que esta el Duero y resalta su permanencia en el tiempo comparando, de nuevo, el sonido de la corriente con una canción (“tu eterna estrofa olvidada”).
- Séptima estrofa: El autor destaca a los únicos que prestan atención al río y saben apreciar la belleza del Duero, los enamorados, los cuales siembran en sus aguas sus esperanzas de amor (“preguntan por sus almas y siembran en tus espumas palabras de amor, palabras”).
Resumen:
En este romance el autor se dirige al río Duero, emblema de la ciudad de Soria, y hace una reflexión sobre el amor y el paso del tiempo.
El poeta muestra su tristeza por la soledad del río, el cual es olvidado por la mayoría a excepción de los enamorados que aún se acercan a contemplarlo. Diego halaga la transitoriedad (la capacidad de avanzar a pesar del innegable paso del tiempo) y la permanencia perenne (porque aunque sus aguas sean distintas, el cauce del río nunca cambia) del Duero y la compara con la pasión de los enamorados, los cuales son los únicos capaces de comprender al río Duero al ver en sus aguas reflejada la esperanza de permanecer juntos (eternamente) a pesar de la fugacidad y el transcurso del tiempo.
El autor también nos da a conocer su sentimiento hacia el Duero, alabando su belleza y el paisaje que lo envuelve, exaltando sus cualidades y resaltando su valor.
1.- El poema se construye en base a una personificación. Explícala.
El poema personifica al río Duero y le atribuye características humanas como el sentimiento de abandono o soledad, la vejez (“entre tus barbas de plata”), la capacidad de sonreír (“tú, viejo Duero, sonríes”), la capacidad de cantar (“cantar siempre el mismo verso”) y ser escuchado (“nadie se detiene a oír tu eterna estrofa de agua”) con la finalidad de alabar y exaltar las cualidades únicas del río.
Gracias a esta capacidad de dialogar el autor se dirige de tú a tú al río Duero, como si de una persona se tratase, y le expresa su deseo de asemejarse a él (“Quién pudiera ser como tú”): avanzar y no cambiar nunca como la corriente del Duero, que prosigue siempre hacia delante cambiante pero idéntica a sí misma.
2.- El Duero es uno de los emblemas de la ciudad de Soria. ¿En qué verso el poeta otorga al río valor «eterno»? Comenta los versos 17-20: ¿de quién proviene la idea del río que fluye? ¿Con qué tópico sintoniza? ¿A qué filósofo remite la idea de río estable?
En el verso 4 el autor habla de “eterna estrofa de agua” haciendo referencia a la presencia permanente del río. Además, en los versos 9-10 “Tú, viejo Duero, sonríes entre tus barbas de plata” el poeta nos lo describe metafóricamente como un anciano.
En los versos 17-20 Gerardo Diego formula una pregunta retórica (“Quién pudiera ser como tú”) con la que exalta mediante una antítesis las contradictorias cualidades del río “a la vez quieto y en marcha” y lo halaga, dado que a él le gustaría avanzar y no cambiar nunca como hace el Duero, que paradójicamente permanece quieto en constante movimiento y no varía el significado de su romance aunque lo recite con distintas aguas.
La idea del río que fluye proviene del filósofo griego Heráclito, quien con su famosa frase “En el río entramos y no entramos, (pues) somos y no somos (los mismos)” (citada erróneamente por Platón como “Ningún hombre puede bañarse dos veces en el mismo río”) venía a decir que no podemos bañarnos dos veces en un mismo río porque tanto sus aguas, el paisaje que lo rodea y lo compone como nosotros mismos, no serán iguales a pesar de que su cauce o apariencia no varíe dado que habrán cambiado como fruto del inevitable paso del tiempo.
Esta idea con el tópico literario Vita flumen de origen bíblico, el cual equipara la vida (carácter fluyente de la existencia humana) con el río que avanza sin detenerse hasta llegar al mar (muerte humana). De esta manera se compara la juventud tempestuosa y llena de piedras o dificultades con un arroyo, la madurez fructífera y tranquila con el curso central del río y la vejez con el curso final del río, donde la corriente acumula sedimentos y se remansa cada vez más hasta desembocar y fallecer en el mar.
La idea de río estable se remite al filósofo griego Parménides, el cual expone con su característica frase “Eso que es, es y no puede no ser; eso que no es, no es y no puede llegar a ser” su concepción del mundo estable, inalterable e invariable. Según su filosofía la razón exige permanencia, por lo que el cambio no existe sino que es aparente por los sentidos (la vía fácil del conocimiento).
3.- Comenta la temática (¿dónde está el tema?). ¿Qué voces estructuran el poema? ¿Quiénes las representan?
Los temas principales son el amor (tanto el amor que siente el poeta hacia el río y la tristeza que le provoca el olvido del mismo como la pasión que siembran en las orillas del Duero los enamorados, los únicos que lo recuerdan y son capaces de comprenderlo) y el tiempo (haciendo referencia al tópico literario Tempus fugit y a la eterna permanencia del río Duero, testigo del tiempo y del olvido de los ciudadanos de Soria).
En el poema, Diego establece una semejanza entre el río que avanza invariable y los enamorados que desean permanecer juntos eternamente a pesar del inevitable transcurso del tiempo.
El poema se estructura en dos partes: En la primera parte, versos 1-20, Gerardo Diego muestra su tristeza por el abandono y el olvido de los ciudadanos de Soria hacia el río y elogia su capacidad de avanzar y no cambiar, preguntándole retóricamente (versos 17-20) por qué no puede ser como él. En la segunda y última parte, versos 21-28, el autor forma un paralelismo con la primera y cuarta estrofa del poema donde menciona de nuevo la soledad y el abandono del río a excepción de los enamorados, los únicos que siguen acudiendo a él.
El Romance del Duero es un diálogo entre el (tú) río y el (yo) poeta, voces que estructuran el poema y que se aprecian claramente en los versos 17-20.
- Pregunta retórica en el verso 17 (“Quién pudiera como tú”) donde el autor expresa, dirigiéndose de tú a tú, su deseo de asemejarse al río.
- Antítesis en el verso 18 (“a la vez quieto y en marcha”) donde alaba las cualidades contradictorias del Duero.
- Personificación y metáfora en el verso 19-20 (“cantar siempre el mismo verso pero con distinta agua”) donde atribuye a un ser inanimado como el río la capacidad de cantar y elogia de manera metafórica que no varíe su cauce aunque sí lo haga la corriente.
- Paralelismo (con ligeras variaciones) en los versos 21-24 con los versos 1-4.
- Apóstrofe y reduplicación en el verso 21 (“Río Duero, río Duero”) para captar la atención del lector y del propio río.
- Anáfora en los versos 22-23 (“nadie a estar contigo baja, ya nadie quiere atender”) para enfatizar la soledad y el abandono del Duero.
- Metáfora en el verso 24 (“tu eterna estrofa olvidada”) donde vuelve a hacer referencia al olvido del río por parte de los ciudadanos de Soria.
- Paralelismo (con ligeras variaciones) en los versos 25-28 con los versos 13-16.
- Metáfora en los versos 26-27 (“que preguntan por sus almas y siembran en tus espumas”) donde nos hace saber quiénes son los únicos que siguen recurriendo al Duero para plasmar su pasión y su esperanza el la orilla.
- Epanadiplosis y metáfora en el verso 28 (“palabras de amor, palabras”) de las “palabras” de amor que se dedican los enamorados refiriéndose también a la pasión que los une.
5.- El poema reúne características de la primera etapa del 27. Menciona alguna.
- Predomina la temática abstracta: eternidad, amor, soledad, tiempo, pensamiento…, ya que el poema es una reflexión en forma de diálogo.
- Utiliza verbos de acción en presente (“pasas”, “quieto”, “se detiene”, “estar”, “quiere”...) que aportan variedad y agilidad al romance.
- En cuanto a los recursos literarios aparecen figuras de repetición como la anáfora (versos 2-3 y 22-23), la personificación con la que humaniza al río Duero y le atribuye cualidades humanas, figuras de contraposición como la antítesis (verso 18) con la que expresa ideas antagónicas (“a la vez quieto y en marcha”) y la síntesis entre polos opuestos (la eternidad y el transcurso del tiempo), la adjetivación para expresar la propia opinión del autor, la carencia de nexos y artículos para conseguir el ritmo en la composición.
- Se puede apreciar la influencia de Juan Ramón Jiménez con el uso de oraciones cortas y simples.
- Se encuentra en una posición intermedia entre la tradición y la renovación, el lenguaje poético clásico (romance) y el vanguardismo (uso excesivo de metáforas, carencia de nexos y artículos).
- Posición intermedia entre la concepción romántica del arte (idealización del amor y búsqueda de la belleza a través de la adjetivación y la aliteración) y la concepción clásica. Posición intermedia entre la pureza estética (uso de figuras retóricas entre las que destaca la metáfora para expresar temáticas surrealistas) y la autenticidad humana o la preocupación por los problemas del hombre (búsqueda del amor eterno).
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